Año a año, acompañamos a las escuelas en la construcción de sus propios proyectos de huerta e invernaderos.

A través de la huerta, los niños y niñas aprenden de una manera didáctica, mejorando su alimentación y generando hábitos saludables, cuidadosos del medioambiente.

Uno de nuestros objetivos, es lograr que los niños y sus familias puedan replicar el proyecto de huerta en sus casas. ¡Y queremos que cada vez más personas tengan una huerta en su casa!

Cada uno de nosotros puede tener su propia huerta orgánica, ya sea en espacios amplios o reducidos.

Te compartimos algunos consejos del libro “Mi Casa, Mi Huerta”, de ediciones INTA, para que tus plantas tengan todo lo necesario para crecer. 

Semillas y plantines: 

Si no se dispone de un terreno y en su lugar se quiere tener un espacio de huerta en balcones o terrazas, se necesitan macetas, cajones o recipientes que tengan, idealmente, al menos 40 cms de alto, lo que va a permitir que se extiendan las raíces correctamente.

Entre los plantines y semillas que se pueden germinar en pequeños espacios, se encuentran las plantas aromáticas y hortícolas. En espacios más amplios, como terrazas o patios, donde se puedan tener macetas o almácigos amplios, se pueden tener algunas variedades de frutales, como limoneros y quinotos.

En el caso de las semillas, es importante tener en cuenta que las semillas grandes pueden ser germinadas directamente en canteros o macetas: es el caso de zapallos, zapallitos, sandías, maíz, porotos. Además, hay ciertas especies de plantas que no toleran el trasplante, como las zanahorias, el rabanito, la espinaca y la remolacha. El estilo de siembra directa es lo más recomendable para todas estas variedades.

En cambio, cuando sembramos semillas pequeñas como berenjenas, pimientos y coliflor, primero, realizamos la siembra de los plantines en un almácigo y, luego, una vez crecidos, se transplantan a su lugar definitivo.

 

Para el transplante de plantines, es necesario tener en cuenta que se realiza cuando las plantas tienen 3 o 4 hojas en el caso de las verduras de hoja, como lechugas, repollos, acelgas, coliflores.

En el caso de las verduras y frutas de tallo, cuando el tallo es del grosor de un lápiz (tomates, berenjenas, pimientos, cebollas y puerros).

La profundidad de los espacios de siembra en canteros es 3 veces el tamaño de la semilla que se quiera sembrar.  

 

Cuidados con el espacio de huerta:

Además, es importante tener en cuenta algunos cuidados para el espacio de huerta si se realiza en balcones o terrazas:

Es recomendable construir barreras con plantas altas (como cañas verdes o secas). El objetivo es atenuar los vientos fuertes del invierno y evitar el excesivo calor del verano.

En el caso de los espacios demasiado expuestos al sol, también pueden utilizarse telas o media sombra para disminuir el impacto de las altas temperaturas.

Por el otro lado, si la huerta está en contacto con calles o avenidas muy transitadas, se puede colocar una barrera verde, compuesta de plantas ornamentales, en el frente del cultivo para retener el humo y el polvo ambiental. El polvo ambiental o smog, rico en hollín y en otras sustancias contaminantes, se adhiere a las hojas de la barrera y la huerta queda al resguardo.

IMPORTANTE: En el caso de haber perros o gatos en la casa, es necesario construir algún tipo de cerco para evitar que los animales accedan al cultivo, por el riesgo de encontrar excrementos en el lugar de la huerta, ya que eso puede transmitir enfermedades serias.

Cuidado para los cultivos y plantas: 

Uno de los elementos necesarios para todo espacio de huerta, es la luz del sol. Es importante encontrar un espacio de la casa en el que las plantas puedan acceder a luz del sol durante varias horas al día, ya que, de otra manera, las plantas crecerán débiles o muy lentamente.

Las hortalizas de fruto y las de raíz deben contar con, al menos, cinco horas diarias de sol, mientras que las plantas de hoja requieren tres horas de exposición a la luz solar al día.

Por otro lado, la tierra es otro elemento esencial para tener una huerta saludable.

Un espacio de huerta agroecológico también puede tener beneficios para el medioambiente, promoviendo el desecho de restos orgánicos, como restos de alimentos, en composteras, que además van a nutrir el cultivo de la huerta.

La incorporación de abono permite reponer nutrientes y obtener cosechas sanas durante todo el año.

¡El próximo mes vamos a contarte cómo tener tu propia compostera para cuidar tus cultivos!